Junto a la abierta
ventana
reposa tu bastidor
mostrándonos la
belleza
de tan preciosa
labor.
A la sombra del
parral
de oyen risas de
mujer
que comienzan la
tarea
de calar en el
mantel.
Conversaciones
ligeras,
sin la vista levantar,
la aguja, hebra tras
hebra,
entra y sale sin
parar.
Manos ágiles con
alas,
van hilvanando
dibujos
arañones, cruces,
randas.
productos del mismo
embrujo.
Cala, cala, caladora,
Como tu madre y tu
abuela.
Cala, cala, caladora,
Enseña a la más
pequeña.
El mundo agradecerá,
artesanía tan nuestra,
con tu esfuerzo
lograrás,
que la tradición no
muera.
Artesanas, caladoras de la zona sureste de Tenerife
El Escobonal